miércoles, 23 de julio de 2014

Breve etimología de la palabra "orquídea"

El nombre "orchid" (orquídea), que fue introducido en 1845 por el botánico británico John Lindley como un diminutivo de Orchidaceae -nombre de la familia a la que pertenecen todos los géneros de orquídeas-, proviene del griego antiguo "orchis" (ορχις), que significa testículo. Se dice que el vocablo "orchis" se encontró por primera vez en los manuscritos de la obra De causis plantarum del filósofo griego Teofrasto. 

Tal vocablo alude a la forma de los tubérculos de las especies pertenecientes al género Orchis, pues estos se asemejan a los testículos de los mamíferos, como se puede ver en esta ilustración de una Orchis Coriophora:



jueves, 17 de julio de 2014

El perfecto hábitat masdevalliano

Hace un tiempo que vengo cuidando a Isadora, una linda Masdevallia Amabilis que vino desde Moyobamba, la capital de las orquídeas en el Perú.


El género Masdevallia, que cuenta con 500 especies, se encuentra distribuido por toda la región tropical de América: desde el sur de la Florida, en Estados Unidos, hasta el sur de Brasil. Sin embargo, en tanto que las Masdevallias prefieren las selvas altas y montañosas, la mayor cantidad de ellas se concentra en las regiones ubicadas entre los 2000 y 4000 m.s.n.m. de Colombia, Ecuador, Bolivia y Perú –este último, por cierto, acoge a 150 de las 500 especies identificadas.

Dadas las condiciones naturales en las que crece este género, no cabe duda que cuidar a una Masdevallia en casa es toda una hazaña. Definir cuál es el rincón más favorable para su crecimiento requiere de mucha observación y paciencia, y puede llevarnos a oscilar rápidamente de la ilusión a la desesperación. 

Cuidado masdevalliano 101

Las condiciones climáticas necesarias para el buen crecimiento de las Masdevallias son las siguientes:
  •           Temperatura fría o intermedia -no más de18°C ni menos de 12°C.
  •           Corrientes de viento medianas.
  •          Humedad y neblina.
  •          Luz solar indirecta.
Si el lugar en el que tienes a tu Masdevallia reúne  estas condiciones, lo más probable es que crezca saludable: los tallos serán erectos, las hojas lucirán de un color verde intermedio –ni muy claro o amarillento ni muy oscuro- sin presentar manchas negras, y las flores se mantendrán firmes y brillantes durante su período de florecimiento.  




Sin embargo, como mencioné antes, encontrar  un lugar en casa en el cual coincidan todos estos factores climáticos puede resultar difícil. En mi caso, Isadora tuvo que pasar por un par de sitios desafortunados antes de encontrar el rincón perfecto.

Comencé colocándola en un balcón techado en mi casa, en el cual, además, crecen otras orquídeas –no Masdevallias. Pensé que como estas se encontraban en buen estado Isadora podría crecer ahí también. Grave error. Exponer a las Masdevallias a corrientes de aire fuertes es, sin duda, una amenaza para su desarrollo. Además, el tránsito desde el clima moyobambino hacia aquel del invierno limeño se hizo aún más brusco al dejarla en la intemperie. Al cabo de unos días, una de las flores de Isadora se había marchitado y caído, y los tallos y capullos por abrirse lucían débiles. Supe, inmediatamente, que debía cambiarla de sitio, y decidí llevarla a mi cuarto y colocarla al pie de una de las ventanas, como sugerían algunos blogs sobre orquídeas.

Si bien en un inicio pensé que esta decisión sería bastante acertada, y que colocarla junto a la ventana tendría efectos parecidos a los de un invernadero, no fue así. La exposición directa a la luz hizo que las hojas y las flores comenzaran a arrugarse. Después de buscar en internet al respecto, supe que la exposición directa a la luz y al calor –aunque no lo crean, el cielo gris de Lima esconde un poderoso sol detrás de él- estaba haciendo que mi orquídea se deshidratara.

Había que encontrar un lugar húmedo  y ventilado que, sin embargo, no se hallara en exteriores. Un lugar, además, en el cual Isadora pudiera recibir sol desde la sombra. Hasta entonces, todo parecía indicar que ese lugar no existía en mi casa, y que Isadora no iba a poder crecer saludablemente en ella.

Cuando de pronto mi mamá tuvo una genial idea: el baño. Teniendo el microclima más tropical de la casa, el baño resulta ser el perfecto hábitat para el cuidado de las Masdevallias –y de las orquídeas en general- si eres un cultivador amateur, como yo. Desde que tengo a la mía ahí, no ha dejado de mostrarse saludable y feliz. 




Teniéndola en el baño, ya no hace falta preocuparse mucho por la orquídea. Basta con regarla una vez cada cinco días –con agua hervida, el cloro del agua del caño puede dañarla- y asegurarse de que haya una ventilación adecuada –es preciso que el baño tenga una ventanita que genere una corriente de aire mediana, de no ser así, creo que sería mejor no tenerla en él, pues el viento es un elemento fundamental para la supervivencia de este tipo de orquídeas.

Así que si estás comenzando a cuidar a una Masdevallia y no sabes dónde tenerla en tu casa: prueba el baño. Sin duda, es el hábitat perfecto para las orquídeas que inmigran a las grandes urbes.