Hace un tiempo que
vengo cuidando a Isadora, una linda Masdevallia Amabilis que vino desde
Moyobamba, la capital de las orquídeas en el Perú.
El género Masdevallia,
que cuenta con 500 especies, se encuentra distribuido por toda la región
tropical de América: desde el sur de la Florida, en Estados Unidos, hasta el
sur de Brasil. Sin embargo, en tanto que las Masdevallias prefieren las selvas
altas y montañosas, la mayor cantidad de ellas se concentra en las regiones
ubicadas entre los 2000 y 4000 m.s.n.m. de Colombia, Ecuador, Bolivia y Perú –este
último, por cierto, acoge a 150 de las 500 especies identificadas.
Dadas las condiciones
naturales en las que crece este género, no cabe duda que cuidar a una
Masdevallia en casa es toda una hazaña. Definir cuál es el rincón más favorable
para su crecimiento requiere de mucha observación y paciencia, y puede
llevarnos a oscilar rápidamente de la ilusión a la desesperación.
Cuidado
masdevalliano 101
Las condiciones climáticas necesarias para el buen
crecimiento de las Masdevallias son las siguientes:
- Temperatura fría o intermedia -no más de18°C ni menos de 12°C.
- Corrientes de viento medianas.
- Humedad y neblina.
- Luz solar indirecta.
Si el lugar en el que
tienes a tu Masdevallia reúne estas
condiciones, lo más probable es que crezca saludable: los tallos serán erectos,
las hojas lucirán de un color verde intermedio –ni muy claro o amarillento ni
muy oscuro- sin presentar manchas negras, y las flores se mantendrán firmes y
brillantes durante su período de florecimiento.
Sin embargo, como
mencioné antes, encontrar un lugar en
casa en el cual coincidan todos estos factores climáticos puede resultar
difícil. En mi caso, Isadora tuvo que pasar por un par de sitios desafortunados
antes de encontrar el rincón perfecto.
Comencé colocándola en
un balcón techado en mi casa, en el cual, además, crecen otras orquídeas –no
Masdevallias. Pensé que como estas se encontraban en buen estado Isadora
podría crecer ahí también. Grave error. Exponer a las Masdevallias a corrientes
de aire fuertes es, sin duda, una amenaza para su desarrollo. Además, el
tránsito desde el clima moyobambino hacia aquel del invierno limeño se hizo aún
más brusco al dejarla en la intemperie. Al cabo de unos días, una de las flores
de Isadora se había marchitado y caído, y los tallos y capullos por abrirse
lucían débiles. Supe, inmediatamente, que debía cambiarla de sitio, y decidí
llevarla a mi cuarto y colocarla al pie de una de las ventanas, como sugerían
algunos blogs sobre orquídeas.
Si bien en un inicio
pensé que esta decisión sería bastante acertada, y que colocarla junto a la
ventana tendría efectos parecidos a los de un invernadero, no fue así. La
exposición directa a la luz hizo que las hojas y las flores comenzaran a
arrugarse. Después de buscar en internet al respecto, supe que la exposición
directa a la luz y al calor –aunque no lo crean, el cielo gris de Lima esconde
un poderoso sol detrás de él- estaba haciendo que mi orquídea se deshidratara.
Había que encontrar un
lugar húmedo y ventilado que, sin
embargo, no se hallara en exteriores. Un lugar, además, en el cual Isadora
pudiera recibir sol desde la sombra. Hasta entonces, todo parecía indicar que ese lugar no existía en mi casa, y que Isadora no iba a poder crecer saludablemente en ella.
Cuando de pronto mi
mamá tuvo una genial idea: el baño. Teniendo el microclima más tropical de la
casa, el baño resulta ser el perfecto hábitat para el cuidado de las
Masdevallias –y de las orquídeas en general- si eres un cultivador amateur,
como yo. Desde que tengo a la mía ahí, no ha dejado de mostrarse saludable y
feliz.
Teniéndola en el baño,
ya no hace falta preocuparse mucho por la orquídea. Basta con regarla una vez
cada cinco días –con agua hervida, el cloro del agua del caño puede dañarla- y
asegurarse de que haya una ventilación adecuada –es preciso que el baño tenga
una ventanita que genere una corriente de aire mediana, de no ser así, creo que
sería mejor no tenerla en él, pues el viento es un elemento fundamental para la supervivencia de este tipo de orquídeas.
Así que si estás comenzando a cuidar a una Masdevallia y no sabes dónde tenerla en tu casa: prueba el baño. Sin duda, es el hábitat perfecto para las orquídeas que inmigran a las grandes urbes.