Narra una vieja leyenda, recopilada por la tradición
oral quechua, la historia de Waqanki, una bella princesa Inca que se enamoró
perdidamente de uno de los guerreros del imperio. Sin embargo, a pesar de su
apasionado amor, el destino de Waqanki dictaba que ella debía servir plenamente
al Dios Sol, y es por ello que, cuando el Inca supo de sus amores con el
guerrero, lo mandó a capturar y a ejecutar.
La princesa Waqanki rogó al Inca que no ejecute a su amado, aparentemente
logrando convencerlo. Sin embargo, astutamente, el Inca decidió enviar al
guerrero y a una pequeña tropa a apaciguar una zona rebelde en la amazonía,
pues sabía que no saldría vivo de aquella misión.
Al enterarse de esto, la princesa Waqanki corrió selva
adentro a buscar a su amado. Al no encontrarlo, la princesa se internó en los bosques
llorando su amor prohibido y perdido. Y dice la leyenda que donde caían sus
lágrimas brotaban unas bellas flores, desde entonces conocidas como Waqanki- vocablo
quechua que significa “llorarás”, y nombre para la orquídea Masdevallia veitchiana.
Masdevallia vetchiana. Fuente: Damon Tighe@Flickr |
buena Carolina
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